Es época de cenas con amigos, vecinos, compañeros, familiares… Y sorprender a nuestros comensales siempre es un reto.
Algo tan sencillo, puede dar mucho juego. Y es que los curados son esenciales en un menú.
Para empezar, necesitamos una idea de que productos van a formar parte de nuestra tabla, cuando comencemos a prepararla podemos dejar nuestros embutidos unas horas antes fuera de la nevera (o congelador) para que atemperen, así su sabor y textura estarán en un punto óptimo.
En Izquierdo tenemos una amplia sección de embutidos los cuales puedes combinar en caso de que no sepas cuáles escoger. Además, lo ponemos fácil y te lo podemos enviar en forma de loncheado para que no lo tengas que cortar tú.
Los productos más habituales son el jamón, lomo, chorizo, salchichón… Aunque si quieres ser más original puedes añadirle por ejemplo, morcón, se suele usar poco y da un toque más personal a la composición de la tabla.
Los grandes acompañantes de los ibéricos son el pan, como los colines y picos que son suaves y no se superponen. Podemos aliñar nuestro pan con un chorrito de aceite de oliva para intensificar su sabor (mejor si es virgen extra)
Y el queso, sobre todo te recomendamos los curados que combinan genial por su textura.
Otros acompañantes que te proponemos son el huevo hilado, frutos secos membrillo, foie de oca o pato…
Si quieres darle un toque más exótico puedes optar por la fruta, tanto seca como de temporada, que aporte un toque dulce o cítrico a nuestra tabla, como por ejemplo arándanos, frambuesas, melón, higos…
En la colocación nunca amontones las piezas, intenta llevar un orden y juega con los colores y texturas de cada ibérico.
A la hora de combinar los acompañantes, no hay que mezclarlos mucho para no confundir sabores, lo ideal sería servir el jamón y el queso, por un lado, y por otro los embutidos.
El resto de acompañantes deberán servirse de manera individual así evitaremos que los ibéricos pueden alterarse por el jugo y características de la fruta.
¿Cuál es tu combinación ideal?
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